Aunque no hemos tenido que recurrir aún al uso de cadenas ni cosas por el estilo, salir del entorno de París hacia la Normandía, nos implicó recorrer más de 100 kilómetros en medio de carreteras rodeadas por la nieve. Un paisaje hermoso, pero nada alentador al saber que ante cualquier inconveniente, es necesario salir del vehículo a un mundo exterior que tuvo como temperatura máxima en toda la jornada los 2° centígrados.
Afortunadamente después de perdernos varias veces, antes del temprano anochecer estábamos en puerto seguro donde la familia de Lucette. Definitivamente todos los caminos conducen a Roma (y a París), pero no a Evreux (y mucho menos a un pequeño pueblecito que está a 10 kilómetros de él).
No hay comentarios:
Publicar un comentario