domingo, 23 de agosto de 2015

Batalla de Isandlwana: la lanza vence al rifle en un mediodía sangriento

Hay dos momentos de la batalla de Isandlwana que nunca dejan de ponerme los pelos de punta. Una es cuando la patrulla de reconocimiento del teniente Raw se asoma a un barranco y descubre sentados y en silencio a los 20.000 guerreros del principal ejército zulú. Al ver a los británicos, los zulúes se ponen en pie como un solo hombre y echan a correr hacia ellos lanzando su temido grito de guerra “¡Usuthu!”. El otro momento es la de la delgada línea roja de los tiradores del 24º regimiento desbordada por los zulúes que han avanzado desde el horizonte como una marea oscura, incontables como una marabunta, ruidosos como un enjambre furioso, ansiosos de lavar sus lanzas en la sangre del enemigo.
 
Isandlwana, el 22 de enero de 1879, es la Gran Hora Zulú, la mayor derrota de un ejército moderno profesional –el británico– dotado de armas de fuego ante un contingente de guerreros tradicionales –los zulúes– que prácticamente no disponían de nada más que de primitivas armas blancas y que ganaron a base de movilidad, coraje y mucha mala leche (además de porque los mandos contrarios, como veremos, lo hicieron rematadamente mal, de juzgado de guardia, vamos). Como una extraordinaria metáfora de la batalla, en el cénit de la misma tuvo lugar un eclipse de sol. “En medio del combate el sol se volvió negro como la noche”, explicó un guerrero zulú".
 
Los invito a continuar con la lectura de este buen artículo publicado el día de hoy por El País de España, a través del siguiente link:

viernes, 21 de agosto de 2015

Seres y huellas: nueva exposición en el Cementerio Central de Bogotá

"Así como las personas, cada monotipo es único e irrepetible. Las tintas de color sobre la mesa de vidrio, las espátulas, pinceles y los rodillos se suman a los trucos mágicos del artista para que sobre el papel blanco aparezca una ventana a otras realidades.
 
Seres y Huellas es una serie que plasma presencias y ausencias de personajes humanos, siluetas que se unen, se mezclan que están vacías o llenas de color, seres que pueden haberse ido, pero que permanecen por alguna razón en los rastros que dejaron y siguen dialogando entre sí y con el espacio que ocupan en el plano.
 
Pensemos ahora que estamos en un cementerio, ese lugar donde aún podemos percibir las huellas de las personas que ya no están, pero cuya memoria permanece. Cobra entonces mucho sentido que este no sea solo un lugar para el dolor sino que también tengamos la oportunidad de apreciar y reflexionar sobre el arte justo en este sitio.
 
Obras como la que se presenta hoy en la Galería del Cementerio Central de Bogotá, no tienen otra intención de relacionar este espacio con el ser humano, mostrar como “arte, sociedad y muerte” son palabras que siempre han estado unidas".
 
Así presenta su obra la Maestra en Artes y estudiante de la Maestría en Museología del Encrym (México), Katherine Velásquez Cárdenas, quien será la artista invitada en la Galería de Arte del Cementerio Central de Bogotá entre el 22 de agosto y el 22 de septiembre del presente año.
 
Poco puedo agregar, más que dejar constancia de mi admiración por su obra y el orgullo que me da el poder acompañarla y disfrutar a su lado en este nuevo logro... ¡Más allá de la distancia!

martes, 28 de julio de 2015

Hallado en Florida un tesoro de un barco español hundido en 1715

"Como si se tratase de una novela de Stevenson, los Schmitt, una familia de Florida que se dedica a buscar tesoros con su buque, ha encontrado un botín valorado en más de un millón de dólares (unos 900.000 euros) entre los restos de un barco español hundido en 1715 en aguas del Atlántico, según las primeras estimaciones realizadas por la empresa de rescate Fleet-Queens Jewels LLC. El tesoro recuperado incluye 51 monedas de oro de varias denominaciones y una cadena ornamentada en oro de unos 12 metros, ha detallado Brent Brisen, representante de esta empresa que posee los derechos de los restos.
 
Brisben ha asegurado que fue Eric, de 27 años, uno de los hijos de la pareja Rick y Lisa Schmitt, quien encontró y recuperó las piezas el pasado junio en aguas de Fort Pierce, una ciudad a 210 kilómetros al norte de Miami y con una población de unas 42.000 personas. La propia empresa avisaba hace unos días en su página de Facebook que tenía previsto un gran anuncio para esta semana, coincidiendo con los 300 años desde que 11 navíos de la flota española zarparon el 27 de julio 1715 de La Habana y fueron alcanzados tres días después por un huracán. En el naufragio murieron más de 1.000 miembros de la tripulación y acabó perdido un cargo de más de 3,5 millones de pesos. El capitán Don Juan Esteban de Ubilla lideraba el buque insignia de la flota, llamado Capitana".
 
Los invito a continuar leyendo este interesante artículo publicado por el diario El País de España, a través del link:
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/07/28/actualidad/1438068072_484741.html

miércoles, 22 de julio de 2015

Invitación especial conferencia: Aproximación al islamismo político y al estado islámico

Buenos días estimados estudiantes y amigos,
 
Tengo el gusto de invitarlos a la primera sesión del ciclo de conferencias que les ofreceremos desde el grupo de investigación Estudios Interdisciplinares en Historia General, la cual tendrá lugar el próximo lunes 27 de julio a las 3 p.m. en el auditorio de la planta baja de la Biblioteca Central en la Universidad de Antioquia.
 
¡Los esperamos!
 
 
Diego A. Bernal B.
Grupo de investigación
Estudios Interdisciplinares en Historia General

miércoles, 1 de julio de 2015

"El racismo y las 140 muertes que no le duelen a nadie": columna del profesor Fernando Cvitanic en El Tiempo

"(...) Un conflicto étnico como el yugoslavo, implicó intervenciones de la Otán, ocupó páginas en los medios de comunicación. Sin embargo, el mismo conflicto étnico solamente fue realzado en Hotel Rwanda por lo salvaje y rudimentario que fue. No eran armas sofisticadas, eran machetes. El mundo reaccionó rápidamente al ver que no era posible que un conflicto étnico limitara con la rica unión europea. Sin embargo, en el conflicto de Ruanda, más allá de condenas y juicios en el tribunal de La Haya, el mundo permaneció callado, solamente se preocupó por el rescate de europeos y americanos, que podían en algún momento sufrir algo en su integridad física, en sí la matanza de los hutis no interesó mucho.

La muerte de los dibujantes de Charlie Hebdo movilizó a una gran cantidad de personas en Europa e incluso en América Latina. Dos meses después mueren 140 estudiantes africanos en Kenia acribillados y no vimos nada que dijera 'je suis Kenia', simplemente interesaron los 4 o 5 franceses acribillados por el grupo terrorista fundamentalista. Se habló muy poco de los 140 estudiantes keniatas asesinados de la peor manera pensada".
 
Hoy el periódico El Tiempo nos ofrece en sus páginas editoriales, un texto del profesor de la Universidad de la Sabana, Fernando Cvitanic, el cual les comparto pues considero que es un análisis agudo y coherente frente a una verdad que aunque no ignoramos, parecemos aceptar a través de nuestro silencio cómplice y esa apatía que nos lleva a resumir a África en pocas palabras (casi todas malas y/o exóticas: leones, safaris, etc.), ignorando sus plurales realidades y profundas inequidades.
 
Pueden leerlo completo a través del siguiente link: