"La vida es la antesala del más allá. La muerte como puerta de entrada a la vida eterna es una creencia muy arraigada en África, por eso no es de extrañar que un fallecimiento sea motivo de celebración en el continente. Sin embargo, en Ghana se está descontrolando. La lista de la compra de un funeral se ha convertido en una cascada de extravagancias caras que llevan a la ruina a miles de familias en el país. Los rituales fúnebres no se celebran solo para honrar a los difuntos, sino que se convierten en el símbolo del nivel social de la familia. Es la ocasión de mostrar públicamente una acomodada situación económica, aunque haya que fingirla, con una celebración por todo lo alto.
Si la familia es pobre pedirá préstamos y se endeudará, incluso hasta arruinarse, con tal de lograr la máxima opulencia en la ceremonia de despedida de su ser querido. Este es el acto más trascendente en sus vidas, mucho más importante —y caro— que las bodas. En ocasiones, el funeral es de tal envergadura que se celebra meses o hasta años después del fallecimiento. No siempre es fácil o rápido conseguir reunir a toda la familia —que a veces vive en el extranjero—, o todo el dinero que hace falta. La preparación del funeral ideal es larga y compleja. Las tradiciones funerarias varían según la región, el origen tribal y la religión, pero hay una ruta común para llegar al reino de los espíritus a todo tren. El sueldo medio de un ghanés es de 300 euros al mes y el coste de un funeral ronda entre los 5.000 y 15.000".
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