"Morirse no es tan sencillo como dejar de respirar. En Medellín, abandonar la vida, en todas sus versiones resulta algo costoso, que no todos los ciudadanos pueden pagar.
El traslado del cuerpo, el arreglo, el ataúd, la ceremonia, el lote y el depósito, son algunos de los pasos que implican morirse, que oscilan entre dos y siete millones de pesos, excepto para los habitantes de calle o adultos mayores, perteneciente a asilos municipales, porque ellos tienen un lugar en el Jardín Cementerio Universal, ubicado en el norte de Medellín.
“La ciudad tiene que entender que el Universal merece inversión, porque allí, todos los días entierran seres humanos que representan gran parte de la realidad de Medellín”, expresó Diego Andrés Bernal, historiador y Secretario Permanente de la Red Iberoamericana de Valoración y Gestión de Cementerios Patrimoniales, que esta semana acogió al Universal como uno de sus miembros".
Los invito a continuar disfrutando de este artículo publicado por Mariana Benincore en el diario El Colombiano, a través del siguiente link:
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